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17 diciembre 2025 / 05:47
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Marriott International
Marriott International le invita a disfrutar de las fiestas navideñas en algunos de los destinos más extraordinarios del país

Cada diciembre, México se convierte en un mapa emocional. Algunos buscan el mar, otros prefieren la ciudad, algunos necesitan el desierto y otros solo quieren una mesa larga donde todo vuelva a ser sencillo. Más que una estación, es el momento en el que el año se ralentiza y empezamos a recordar lo que vale la pena conservar antes de pasar al siguiente capítulo.

En la costa del Pacífico, la celebración tiene su propio ritmo. En el Marriott Puerto Vallarta Resort & Spa, la Navidad comienza con cálidas luces y voces infantiles: los niños del Ejército de Salvación cantan villancicos mientras se enciende el árbol y el aroma de la canela llena el vestíbulo con el ponche navideño. A pocos pasos, toma forma una casa de jengibre, decorada de manera que redescubre la alegría de la sencillez.

Los días siguientes huelen a pan recién horneado, pavo navideño y festividades junto al mar. Aquí, el 31 de diciembre no es apresurado, sino que brilla: una noche al estilo Gatsby en la playa, con música que se mezcla con las olas y fuegos artificiales que iluminan el cielo durante unos segundos. Para muchos, esa es la manera perfecta de recordar el año: risas, arena y un brindis que no tiene por qué ser solemne.

A pocos kilómetros de distancia, en el Sheraton Buganvilias Resort & Convention Center, diciembre parece estar escrito para las familias. La Caravana del Chef desfila alrededor de la piscina como una celebración espontánea; en las posadas, los huéspedes piden «posada» con el mismo entusiasmo que hace décadas; y los niños persiguen a los duendes de Santa Claus para entregarles cartas que, de alguna manera, siempre parecen más sinceras cuando se escriben durante las vacaciones. Aquí, la Navidad no es un evento, sino una secuencia de pequeñas escenas que se repiten cada año, pero que nunca se sienten igual.

Para aquellos que deciden quedarse en la ciudad, The Westin Santa Fe, Mexico City ofrece un tipo diferente de celebración: lenta, íntima y llena de momentos que rara vez encajan en un horario. Cenas tranquilas, brunchs relajados y la sensación de que, aunque la ciudad sigue ahí fuera, en el interior todo se mueve un poco más lento.

Mientras tanto, el Sheraton Maria Isabel Mexico City Hotel es testigo de las celebraciones urbanas: largas mesas para el Día de Acción de Gracias, el árbol iluminado en el vestíbulo mientras la bulliciosa ciudad se detiene por un momento y una Nochebuena Winter Glow que combina música, brindis y un ambiente que hace que la capital se sienta más brillante durante unas horas. La víspera de Año Nuevo llega vestida de elegancia: un menú de cinco platos, un salón de baile deslumbrante y una noche que, aunque se celebra en el interior, se siente tan grandiosa como la ciudad exterior.

En el corazón del Paseo de la Reforma, la última noche del año se convierte en una gala en el salón de baile Astor del St. Regis Mexico City. Una velada que celebra la sofisticación con un menú diseñado para impresionar: caviar Beluga y gazpacho de frutos rojos, crema de calabaza con vieiras, lomo de res con virutas de trufa negra y un dulce final de praliné y cereza negra. Todo ello acompañado de cócteles exclusivos y el impecable servicio que caracteriza a St. Regis. Aquí, el tiempo parece detenerse entre cálidas luces y brindis que anticipan nuevos comienzos.

Más al norte, el desierto de Baja California Sur ofrece un diciembre diferente. En Zadún Los Cabos, un Ritz-Carlton Reserve, la temporada no se mide en eventos, sino en atmósferas: paseos al amanecer donde el silencio pesa más que las palabras, ceremonias que abrazan la naturaleza del desierto, jazz que flota en el aire templado de la noche y cenas que invitan a hacer una pausa antes de pensar en lo que vendrá después. Aquí, la celebración es casi un acto íntimo, un ritual que mira hacia dentro antes de mirar hacia adelante.

A solo unos minutos, Casa Maat en JW Marriott Los Cabos Beach Resort & Spa ofrece la exclusividad de un hotel boutique de lujo, creando su propia historia en torno al fuego y la cocina. Diciembre se vive a través de sabores que evocan el hogar, con cenas especiales de Navidad con vino para los padres y un menú dedicado a los niños. MarHumo, la nueva joya culinaria del establecimiento, presentará un menú de cuatro platos del chef Javier Plascencia, cuya alma inspirada en Baja California reúne a las familias en la tradición navideña.

En Solaz, un resort de lujo de The Luxury Collection en Los Cabos, la magia de la temporada se despliega a través de experiencias únicas que conectan el cuerpo, la mente y la creatividad de toda la familia. Los padres pueden celebrar la ceremonia del solsticio de invierno en el emblemático Ojo de Liebre Spa, un ritual junto al mar de Cortés que armoniza los sentidos y renueva la energía, mientras que los niños disfrutan del String Art Holiday Editorial, un taller artístico para crear piezas decorativas con significado. Todo ello enmarcado en la elegancia contemporánea de Solaz y su compromiso con la cultura y el diseño mexicanos, lo que garantiza que esta Navidad trascienda lo ordinario.

Al otro lado del país, el Caribe ofrece su versión tropical de la temporada. El JW Marriott Cancún Resort & Spa da la bienvenida a los últimos días del año con la llegada de Santa Claus a la playa del hotel para repartir regalos a los niños, brunchs festivos, cócteles junto al mar y música que acompaña sin robar protagonismo. Aquí, los brindis suelen hacerse con los pies en la arena, y la última noche del año se siente más ligera, como si el océano ayudara a dejar atrás lo que ya no importa.

En la Riviera Maya, la temporada se celebra entre manglares y constelaciones. El St. Regis Kanai Resort, Riviera Maya convierte el fin de año en un ritual de lujo: cenas junto al mar con sabores que evocan la tradición, ceremonias de encendido de árboles bajo miles de luces, noches de cine al aire libre y observación de estrellas que conecta con la cosmología maya. Aquí, el bienestar se renueva con tratamientos inspirados en la luna y las Pléyades, mientras que la playa elevada y los sonidos del Caribe invitan a los huéspedes a despedir el año con calma y sofisticación.

Así, mientras todo el país encuentra su propia forma de despedir el año, cada uno de estos destinos ofrece más que un plan: ofrece un escenario. Un lugar donde las tradiciones se transforman, las familias se reúnen, las parejas se regalan silencio, los amigos celebran sin cronómetro y cada persona encuentra su propio cierre.

Porque, al fin y al cabo, la temporada festiva no se trata de fechas, cenas o programas, sino de cómo queremos recordar los últimos días del año. Y en México, hay un lugar perfecto para cada respuesta.

Miércoles, 17 de Dic de 2025

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